Saliendo a cenar, tomando café o en tus redes sociales, cuando las hojas cambian de color, te bombardean los favoritos de los amantes de la comida del otoño. Guisos abundantes, pavo asado, pasteles, ponche de huevo y calabaza, todo se apodera de tu apetito y tus antojos. Puede ser un desafío cumplir con sus objetivos de alimentación saludable, pero tenemos un pequeño secreto para ayudarlo a atravesar el laberinto de opciones deliciosas.
Piensa en los colores de todos estos alimentos y bebidas. Ricos tonos tierra de naranja, oro, amarillo, marrón y rojo. Muy parecido a los colores que se muestran en los árboles en el otoño. Resulta que estos colores tienen un efecto sobre el apetito. Esto no es nada nuevo para los fabricantes de alimentos y los restaurantes que lo utilizan para convencerle de que realmente necesita ese trozo extra de pan de calabaza. Varios estudios han demostrado que ciertos colores hacen que el cerebro indique hambre. Este efecto se amplifica si el contraste es mayor, como en un pastel de chocolate amargo con glaseado blanco y frambuesas rojas encima, servido en un plato de color claro. (¡¿A alguien más le rugió el estómago?!) La próxima vez que vaya al supermercado o conduzca a casa, preste atención a los colores utilizados en los envases y en los expositores, ¡luego úselos a su favor en su propia cocina!
Intente preparar ensaladas y verduras cocidas con colores intensos contrastantes. Imagínese un plato de brócoli, luego imagínese un plato de brócoli con zanahorias cortadas en juliana y rodajas finas de pimiento rojo. (Se le hace la boca agua, ¿verdad?)
Entonces, en el mar de artículos teñidos con colorantes alimentarios de color naranja, asegúrese de alimentar a su cuerpo con lo que necesita, no solo con lo que sus papilas gustativas creen que necesita.
